Hola a todos.
Hoy quiero hacer una reflexión sobre ¿porqué nos escandalizamos de la cruz?. Por un lado alabamos a Cristo por morir en ella por nosotros y por ello nos sentimos queridos. Por otro lado todos huimos de ella. Incluso los apóstoles.
El ser humano cree mejor en un Dios todopoderoso, capaz de hacer cualquier cosa, con poder y justicia, que en un Dios que manda a su Hijo y se deja matar en la cruz por su pueblo.
No es fácil asimilar que un Dios, se deje matar, sabiendo que tiene poder para destruir aquellos que le buscan la ruina. Tampoco a los judios, que tienen a Jesús, como a un gran profeta. Que por cierto, lo fue.
Pero es que siempre nos han enseñado a temer a los Dioses, que se manifiestan a través de la naturaleza o de sus monarcas. Y como estos tiranizaban al pueblo, para mantenerlos bajo control.
Otra realidad es que el hombre crea Dioses o se hace ídolos o sigue aquellas personas que les transmiten seguridad y los mantiene a salvo de los enemigos, destruyéndolos. Es decir, creemos en los dioses justicieros y destructivos contra aquellos que amenazan nuestros proyectos.
Solo el pueblo de Israel, tuvo contacto directo con Dios. Ellos descubrieron y se quedaron con la faceta de un Dios poderoso como ninguno. De ello tenían un testimonio en la salida de Egipto, como destruyó al ejercito del faraón sin que ellos tuvieran que combatir.
Otro signo del poder de Dios con el pueblo de Israel es como desalojaron las naciones que tenía posesión de su «Tierra prometida». Estas dos acciones les enseña a temer a este Dios poderoso e implacable. Pero detrás de todo este poder y violencia, se escondía el amor de Dios hacía su pueblo. Escogido de entre todas las naciones de la tierra.
Por ello cuando vino Jesús, no creían que era el Hijo de Dios, porque no los liberaba de los romanos. Ademas huía cada vez que querían proclamarlo rey. ¿Porqué? Porque necesitaba cambiar la visión de su pueblo hacía su Padre y la del resto del mundo.
Nadie entendía, ni los discípulos, que Cristo estuviera clavado en la cruz, después de ver los milagros que hizo. La muerte en la cruz es horrible y lenta. Por eso todos huyeron de ella. Incluso María no entendía nada de lo que sucedía. ¿Y nosotros?
Alabamos a Jesús por morir por nosotros en la cruz. Proclamamos a los vientos que Dios nos ama. Pero cuando debemos dar nuestra vida por Dios, huimos. Nadie nos ha enseñado a aceptar la cruz en nuestras vidas. Pensamos que seguir a Dios es que todo nos valla bien. Pero no entendemos una cosa «El príncipe de este mundo, el Diablo, está en contra de Dios y su Hijo y la Iglesia».
Por ello seremos perseguidos. Nos torturarán, quizás no con sangre, pero más sutilmente. Nos despreciaran solo por estar en la Iglesia y no podremos hacer nada por evitarlo. Pero si dar un testimonio. Aquel que Dios nos enseñe a lo largo de nuestra vida. Como hizo Jesús.
Pero para ello deberemos saber quien es Dios y Jesús para nosotros y estar fuertes en la fe. Esperando que el Espíritu Santo esté pronto. Podamos tocarlo con la mano y tener intimidad con el Señor. Que sea nuestro amigo y compañero. Como les pasó a los Apóstoles, cuando recibieron el Espíritu Santo.
Muchos no nos van a entender y nos perseguirán y se burlaran. Pero habrá algunos que nos querrán conocer y entonces el sufrimiento de la cruz cobrará su sentido.
La paz en cristo a todos.