¡Feliz viernes y felices vacaciones para aquellos que ya las están disfrutando!
Hoy os traigo un canto dedicado a la Virgen María. El verano es un momento de grandes tentaciones. Hombres y mujeres están dispuestos de dejar ver sus atributos, pensando que de esta manera conseguirán mejorar sus vidas a corto plazo.
En este tiempo los problemas de convivencia, salen a la luz y se producen muchas separaciones y divorcios. ¿Cual es el problema? ¿El verano?¿El ir mostrando tipito? Pues no.
La dificultad en la que nos movemos hoy en día y que siempre a tenido el ser humano, es tener la capacidad de amar al otro. De poder renunciar a su voluntad para hacer feliz a tu mujer o marido o hijos. El amor es entrega, no demostrar quien puede más o anular al otro.
Nuestra Madre La Virgen María, nos enseña, como madre, la bondad, el amor, la entrega. No es una figura pasada de moda. Ni es una figura de patriarcado. Es actual. Porque si una mujer no ama a su hombre, ¿como sabrá este que la mujer que quiere le corresponde? Y al revés, también debe funcionar. No importa si es feminista o no, el amor, de verdad, es lo que salvará a todos.
La madre, enseña, tanto a los hijos e hijas a darse, a mirar por el otro, acoger. Si, es verdad, que los problemas desdibujan todo esto, pero nuestra naturaleza, sale siempre a la luz. es algo que nadie puede cambiar.
En este tiempo de vacaciones, la falta de amor, la incapacidad de amar y la de buscar la propia satisfacción, siempre hacen presa de nosotros. ¿Porque aguantar a esta mujer cascarrabias, si tengo una estupenda que me mira con buenos ojos? ¿O este hombre barrigudo y comodón, si tengo un cachas que me desmonta cada vez que me mira?
La realidad, es que solo el amor, hace permanecer unidos y felices a toda pareja y matrimonio. ¿Y donde está el amor? En el Padre. ¿Y quien nos enseña el camino hasta él? La Virgen María y Jesús. Incluso podría decir que cada santo y el propio San José, nos enseñan los múltiples caminos que nos llevan a su presencia y que nosotros, solo nosotros, podemos recorrer por propia voluntad.
Por todo esto, hoy, este canto a María, nuestra madre. Porque somos ese ejercito que debe mostrar al mundo el amor del Padre con nosotros. Porque lo hemos experimentado. Y por ello creemos en este Dios que solo el Hijo a visto.
¡La paz en Cristo a todos!