Hola a todos después de una semana intensa, en la que no e tenido tiempo de hacer mi entrada habitual en este blog. Pero aquí estoy de nuevo más fuerte que nunca.
Este fin de semana celebramos el «Corpus» y en mi parroquia añadimos la celebración de nuestro patrón San Luis Gonzaga.
Escuchando esta canción me a venido a la mente, porqué debemos alabar y glorificar al Señor en este día.
Hace poco escuchábamos que subía al cielo y nos dejaba solos. Nos daría el Espíritu Santo. Pero nos dejó otra cosa. La eucaristía donde comemos y bebemos su sangre. Por eso celebramos «El Corpus». Una celebración solemne en la cual recordamos como Jesús nos da de comer su cuerpo y de bebe su sangre, a través del pan y el vino.
¿Y porqué lo hizo? Para que nos Cristifiquemos, como dice un sacerdote conocido mio. Nos hagamos o nos asemejemos a Cristo y con ello seamos reflejo del Padre en la tierra. No es algo que debamos olvidar.
Cada vez que comulgamos, Cristo se hace uno en nosotros. Y de nosotros depende que este cuerpo nuestro se una al cuerpo glorioso y celeste de Jesús. Si así ocurre, empezaremos hacer obras de misericordia.
En el caso de que este cuerpo de Cristo, no pueda hacerse uno en nosotros, seguiremos siendo tan mundanos como antes. Estaremos diciendo no a Cristo y haciendo lo que los hombres hacen cuando no le conocen.
Por eso nos llama amigos. Porque al hacerse uno en nosotros, nos conoce y nosotros a él. Por eso se nos desvelan los misterios de las escrituras y por eso no hacemos Cristianos, católicos de bien.
Por eso celebramos este día, lo mejor que podemos en medio de nuestras propias dificultades y alegrías. No nos olvidemos que Cristo está con nosotros y que cada vez que comulgamos, está dentro de nosotros llamándonos a una nueva vida. No como la vive el mundo, sino como la vive un Cristiano de verdad. Esperando la vida eterna. Esa es nuestra meta.
¡Feliz festividad del Corpus a todos! ¡La paz de Cristo este con vosotros!