Cielo en la tierra con Un Corazón. Vídeo de la semana.
Hola a todos. Hoy voy un poco tarde. Es sábado y son cerca de la 7:30 de la tarde.
Os traigo un vídeo con un mensaje que nos debería hacer pensar a todos «como vivimos la vida a través de la fe».
Este canto nos habla de como el cielo bajó a la tierra, cuando Jesús apareció entre nosotros. Pero como a pasado con este Mesías, pocos lo vieron como era realmente.
Los que esperaban al Mesías, pensaban que los libraría de los romanos y su tiranía y volverían a ser, ese pueblo temido por todos. Pues Dios se haría presente, de nuevo, entre ellos. Como lo hizo en el desierto.
Esta es la opción normal, la que todos, como personas, deseamos en lo más profundo de nuestro ser. Que el Señor se muestre poderoso contra nuestros enemigos. Y que firmemente demostrado que él está a nuestro lado y nadie nos puede.
Pero el cielo, Dios, es otra cosa. Si es Todopoderoso, pero tiene un amor infinito que no podemos medir, pues no lo entendemos, con nuestras miras humanas.
Si en el antiguo testamento, Dios se aparece en todo su poder, al lado de su pueblo escogido. Ahora, con la venida de Jesús y en el nuevo testamento, nos muestra quién es él en realidad. Amor, misericordia, sencillez, humildad. ¡Que cualidades más poderosas, que los humanos no poseemos por nosotros mismos!
De ahí, que cada domingo celebramos eucaristía y si podemos, cada día. De ahí los momentos de oración e intimidad con el Señor. De ahí, que todos necesitamos un guía, que nos habrá los ojos para ver la acción de Dios en nuestras vidas y así, seamos reflejo del cielo en la tierra.
Si, también nosotros podemos ser ese reflejo de Dios en la tierra. Ese cielo bajado a nuestra sociedad, dispersa y desorientada, competitiva y que poco a poco deja de lado la moralidad y los valores humanos, profundamente humanos.
Y de todo esto, volvemos al principio de esta reflexión «¿Como vivimos nuestra vida a través de la fe?» ¿Queremos ser reflejo del cielo en la tierra? ¿Lo somos realmente o solo somos reflejo de esta sociedad que pervierte constantemente las palabras de Dios y pone a prueba a la Iglesia. Pues duda de ella? Pues no cree en el amor.
Nadie le a enseñado el autentico amor de Dios. Nosotros, los mal llamados cristianos, católicos o discípulos de Cristo, no hemos sido capaces de mostrar este amor. Por muchas y diversas razones.
Hasta que los discípulos no tuvieron el Espíritu Santo, no pudieron dar testimonio de su Maestro, sin miedo. Y eso que ellos lo habían conocido y comido con él.
Lo que nos hermana a todos, los católico y los no creyentes o los de otras religiones es que todos somos pecadores, todos fallamos, todos envejecemos, todos pasamos hambre y necesidades. Todos enfermamos y todos morimos.
Aunque seamos de distintas parte del mundo. Tengamos rasgos y colores diferente e idiomas diferentes, la raza humana, toda ella, es una gran familia. Y todos sabemos lo que es sufrir.
Pero no todos escuchan la palabra de Dios y la acogen en su corazón y dejan que la semilla, tan pequeña como un grano de mostaza, crezca y se transforme en un gran y hermoso árbol. Donde toda clase de seres, vienen acobijarse.
Y el cielo, se hace presente en la tierra, a través de nosotros. Simples y pecadores mortales.
La paz de Cristo esté contigo.