Vídeo de la semana. Infinito.
Buenos días y feliz jueves. Después de unas estupendas y merecidas vacaciones, ya estoy de vuelta con todos vosotros, con una hermosa canción «Infinito».
Es una canción dedicado al amor infinito que Dios tiene hacía sus creaturas, que somos, todos nosotros. No importa si creemos o no, en él. Dios nos ama inmensamente. Con una capacidad que nosotros, no somos capaces de entender, pues amamos de una manera humana. A través de nuestras imperfecciones, pecados y debilidades.
Por mucho que deseemos ser perfectos, no lo somos, ni lo seremos nunca. Siempre desobedeceremos, iremos a la nuestra, buscando nuestra propia satisfacción. Tenemos un ejemplo claro en todos aquellos que desobedecen a las autoridades haciendo reuniones, sin mascarillas, ni distancia social, en esta pandemia del covid.
En ellos, podemos ver nuestro egoísmo. Muchos se preguntarán ¿Por qué escogemos seguir a Dios y no a cualquier otro guru, que nos dice como tener éxito, en nuestra vida?
Os cuento mi elección, que espero os sirva a todos. Llevo toda mi vida viendo los abusos de poder, de aquellos que tienen algún tipo de poder sobre las personas y como al final, confunden el bien propio, con el bien común. Cuando lo único que edifican, es lo que ellos quieren.
También e visto esto, en personas dentro de la Iglesia, que hablan de la voluntad de Dios, cuando solo quieren, que lo demás hagan lo que ellos desean.
¿Donde creeis que he encontrado la paz? En la Iglesia. En la comunión interior con Dios. En ese acercamiento de mi persona hacia él, en mi pobreza, cuando yo no era nada, estaba deprimido y me sentía completamente solo.
Mi acercamiento a él, no fue, por que me diese dinero o poder, sino por que era pobre de espíritu, estaba ciego en los ojos de mi corazón y estaba desnudo ante mis propios ojos. Pero como el hijo prodigo, que cuando vuelve a su padre le dice «no merezco ser llamado hijo tuyo», el Padre del cielo, me volvió acoger y me volvió a entregar a su hijo. Pan de vida y fuente de salvación. He hice Pascua con él. No en una celebración, una vez al año. Si no en mi corazón.
Y si, siguen habiendo las mismas actitudes, en las mismas personas que me rodean y en la sociedad, pero yo sigo otro camino, en medio de mi realidad de pecado y de limitación, como ser humano.
¿Sabeis como e pasado estas tres semana de vacaciones? Dos de ellas, ayudando a mi madre, en casa, hacer reformas. Tirando trastos viejos y pintando cosas que se debían pintar. Por que mi padre ya no está con nosotros.
¿Por qué hago esto? ¿Por que con el covid no se puede viajar lejos? La respuesta la teneis en lo escrito anteriormente. Por respeto a mi madre y mi padre, por tanto que han echo por mi, cuando yo estaba ciego y solo veía mi interés.
Y esto con la fuerza que me a dado, mi Padre del cielo, durante todos estos años, para sobrellevar y sobreponerme a la muerte de mi padre. Y por que tengo la certeza que mi padre de la tierra, está con mi Padre del cielo, descansando de todas sus penurias. No por que él sea un santo, si no por la misericordia de Dios y su amor infinito hacía mi familia y hacía mi. Por habernos reconstruido.
Si, el amor de Dios es infinito. Y si en vez de revolcarnos, una y otra vez en lo mismo. Mintiendo y mintiéndonos a nosotros mismo, sobre lo buenos que somos y escandalizando por ello a los pequeños, nos volvemos hacía Dios, con el corazón quebrantado y con humildad y lo acogemos de veras en nuestro interior y dejamos que actue, que nos habra nuestros oídos y nuestro corazón a Él y su palabra. Veremos que su amor infinito nos rodea y envuelve, día a día. Y descubriremos esos pequeños milagros cotidianos, que construirán nuestra fe.
La paz quede con todos vosotros. Y felices vacaciones y buen retorno a la normalidad a todos.