#VideoDeLaSemana con Leny y «Tu Luz» #BarcelonaCatolica
Buenos días a todos.
Hoy os traigo un vídeo que espero os haga pensar “Tu luz”. Nos habla de cómo la luz de Cristo y de nuestro Padre del cielo, cambia todo a nuestro alrededor, eh ilumina nuestras sombras interiores. Nos devuelve la vista de nuestra ceguera.
No una ceguera de los ojos, sino la ceguera de nuestro corazón, de nuestro interior. Que nos hace criticar a los demás, desobedecer, robar, violentar, etc, pues solo buscamos nuestro beneficio. Como nos decían las lecturas de la eucaristía de este fin de semana pasado.
Cristo hace los milagros físicos, para después conducirnos a los milagros del corazón.
Siempre estamos rezando para recibir este milagro de amor, de recibir la luz del Padre del Cielo. Pero no deseamos ser nosotros mismos, los portadores de esta luz. Pues ello significará, muchas veces ser perseguido y menospreciado. Pues el mundo nunca ha estado preparado para recibir la palabra de Dios.
Por eso los primeros cristianos fueron martirizados, incluyendo los apóstoles. Por eso nuestra sociedad, va hacia las tinieblas de creerse que la propia humanidad es Dios de su vida. Que no hay más Dios que él mismo. Y esto nos lleva a una sociedad sin ley, ni moral.
Por eso es tan importante la Luz de nuestro Padre del Cielo en nuestra vida. Por qué en medio de la oscuridad que reina a nuestro alrededor, nosotros al aceptar la luz de Dios en nuestros corazones, nos transformamos en esa misma luz. Somos portadores de esa luz.
Y no solo de palabras maravillosas, si no de nuestras acciones. De esta manera demostramos a todos que Dios está presente en este mundo y en esta historia.
¿Os habéis preguntado por qué muchos santos han dado su vida y se han mantenido fieles a Dios hasta el final?¿Tán fuerte fué el llamado de Dios en estas personas? ¿O sencillamente es que la luz de Dios es tan fuerte, que cuando la dejas entrar en ti, te transforma?
A esto debemos responder, mirando nuestros corazones y preguntándonos porqué no nos abrimos a esta luz. ¿Qué es aquello que guardamos tan celosamente que no queremos soltarlo, aunque nos lleve a la misma muerte?
Somos de carne. Somos limitados, creaturas de Dios Padre y Él nos ha bendecido con su hijo, con la Virgen Maria, con San José y tantos hombre y mujeres y niños que han dado su vida por ellos y que son santos.
Y esos santos anónimos, que nadie ve, pues son menospreciados, pero que dan su vida por los demás y tienen las manos llenas de obras de misericordia.
Recordad la Transfiguración del Señor. Todo resplandecía por la luz del Padre del Cielo y nos invitaba a creer en su Hijo y en sus palabras. Palabras de vida, no de muerte, como dicen muchos.
La luz de Dios siempre ha estado presente en la historia del pueblo de Israel. Y también estará presente en la nuestra si le dejamos actuar.
La paz de Cristo quede con vosotros.
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