Peleo de rodillas

#VideoDeLaSemana con Sarai Rivera . Peleo de rodillas. #BarcelonaCatolica

Hola a todos y feliz viernes.

Hoy os traigo un vídeo de una gran cantante Sarai Rivera con el título “Peleo de rodillas”. ¿Qué quiere decir esto? ¿Que la están humillando y de rodillas golpea, araña y muerde?

No lo que quiere decir es que pelea con la oración.

¿Pero qué es la oración? Te preguntas. La oración, es el momento de intimidad con el Señor, en el que le cuentas tus problemas y él te responde, te enseña tu realidad. Algo que muchas veces no nos gusta y nos manda hacer algo, que muchas veces tampoco nos gusta.

¿Entonces por qué rezamos?¿Por qué vamos en busca de nuestro amado? Porque sabemos y tenemos experiencia, de que Dios nos ama y nos corrige, por que nos quiere.

Nuestra fe se combate en nuestro corazón, en nuestra intimidad. Ahí donde no dejamos entrar a nadie, ni tan siquiera a Dios. Y él está esperando que le dejemos entrar.

Nuestro enemigo, el Diablo y toda su corte, nos combaten día y noche, para que abandonemos nuestra fe. Nos morderá, nos triturará, nos mentirá y nos amenazará para que rechacemos a Dios y le digamos “Si realmente tienes razón y Dios y la Iglesia no sirven”.

Y si abandonas a Dios y a la Iglesia ¿Quien te va a enseñar amar?¿Quién te mostrará tus pecados y tu debilidad?¿Quién salvará a tu familia o tus hijos? ¿Tú con tus fuerzas, si eres igual que ellos?

Por eso es tan importante rezar y conocernos íntimamente y conocer a Dios en lo profundo. Pues todos somos pecadores. Todos somos rebeldes. Todos queremos ser perfectos y que nos idolatren y ser como Dios. Pero la realidad es que somos creaturas suyas.

Y como somos creaturas suyas, debemos constantemente rezar. Estar en unión con Dios y su hijo Jesucristo. Solo así venceremos día a día.

Porque la realidad es que nos podemos condenar, por mucho que hablemos o cantemos como los ángeles. Todo esto no sirve si no amamos. Y si no amamos, es que Dios no está con nosotros. Y no está porque somos pecadores.

Así que luchemos de rodillas, nosotros también, cada día. La paz de Cristo quede con vosotros.

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