Vídeo de la semana con Camila Ferrer. #BarcelonaCatolica
Hola a todos y buen día de viernes.
Hoy os traigo una canción que nos abre «La autopista al cielo» sin peajes y en linea recta, para todos aquellos que deseamos la vida eterna.
Esta canción me encanta. No solo por el ritmo, si no por el mensaje.
Lo primero que me ha abierto el oido es la referencia a la palabra de Dios. La Biblia. Es libro tan leido, como si fuera una historia, pero tan poco entendido o creido, por la falta de fe y por nuestra mente materialista.
Una de las bases de nuestra fe, es la Palabra de Dios, que leemos, escrutamos y meditamos, para ver y descubrir ¿Qué desea Dios en nunestras vidas? Para aquellos que no tienen fe, es una locura, pero para nosotros, es reflejo de nuestra realidad.
Pues los pecados del pueblo de Israel contra Dios, son tantas veces nuestros. La incredulidad ante las obras de Cristo, tambien son nuestras, tantas veces. Y esas palabras de consuelo de Cristo y de Dios ante aquellos se se convierten de su vida errada y se vuelven hacía él, tantas veces es la nuestra.
Por no hablar de la Eucaristia, esa autopista al cielo. Por que en ella se dan dos cosas, la palabra de Dios y al mismo Jesucristo, en el cuerpo y en la sangre. Pan y vino transformados por obra de la consagración. Y con ambos nos ponemos en camino, en esa autopista al cielo, en busca de nnuestra tierra prometida. Del descanso que ansian nuestras almas, en medio de un mundo en guerra, contra cualquiera que no haga su voluntad.
Hay muchos grupos o mejor, realidades de fe, dentro de la Iglesia. Pero todos tenemos un punto en comun, la Eucaristia. Con algunas variaciones. Pero en lo principal, que es la Palabra de Dios y la Consagración y posterior comunión. Es nuestro pilar en esta fe.
No olvidemos que no solo es comulgar y escuchar la palabra, para ser un cristiano de verdad. Si no, que hay que meditar la palabra en nuestro corazón y abrirse a ella, para descubrir nuestro camino. Y acoger al mismo Cristo, que se da por nosotros, en nuestro interior, para que crezca y pueda nacer a los ojos de todos. Como hizo la Virgen María. Y cuidar de este Cristo nacido en nuestro interior, como hizo San José. Pues es nuestra misma fe.
Así que hermanos todos. Cuando acudamos este domingo a la Eucaristia, sabed, que es nuestra autopista al cielo. Es la puerta que nos lleva a ese lugar que deseamos tener ya, aquí en la tierra. Pero que solo lo alcanzaremos en plenitud, cuando muramos y estemos en el cielo, con nuestro Padre Celeste.
La paz de Cristo con todos vosotros.