Te esperaré

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Hola a todos y feliz fin de semana.

Hoy os traigo una canción muy hermosa que nos habla de la esperanza. Se titula “Te esperaré”. Nos habla como viene y se va dependiendo de nuestra vida, de nuestros sentimientos, de cómo estamos.

Hace muchos años, cuando era joven, caí en  una depresión profunda. La esperanza se marchó de mi lado y todo estaba oscuro. Volver a la vida, después de esa experiencia es muy duro. Cosas que pensaba que eran fruto de mi imaginación, resultaron ser ciertas. Aceptar esa realidad y la realidad de que uno está mal, es muy duro y se necesita algo más que buenas palabras e intenciones.

La esperanza se va y no queda nada. Solo vacío, soledad y esa soledad y ese vacío nos devora por dentro y nos hace ver lo que no queremos que ocurra en nuestra vida. Deseamos y buscamos una vida nueva. Una esperanza renovada y cierta y unos amigos mejores.

Pero el mejor amigo es Dios. Hace ya cuatro años perdí a mi padre y casi un año después a mi hermana. Fue un golpe tras otro golpe. Nos quedamos mi madre y yo solos en casa. Una casa donde antes había vida, ahora había tristeza, vaciedad, soledad.

Yo ya tenía experiencia de lo que es perder un ser querido y me aferré a mi fe. Pero eso no significa que no sufriera lo mio por dentro. Me hicieron catequista, me hicieron responsable de salmistas de las comunidades de mi parroquia. Tuve que hacerme cargo de mi madre con una gran depresión.

La esperanza se marchaba y entraba a raudales la tristeza y la soledad. Y aún así, aquellos que se marcharon y sabemos que están en el cielo, nos protegían de caer en un hoyo del cual no se puede salir.

Pasamos momentos muy malos. Ahora ya no lo son tanto. Todos los hermanos luchamos por remontar y dar lo mejor de nosotros a nuestra madre. Este año, a pesar de acontecimientos adversos, hemos celebrado todos la Navidad.

Durante este tiempo me he preguntado si era tan importante ser catequista y responsable de los salmistas de mis comunidades y la verdad es que pensaba que no. Tenía una función más importante que estas dos y era cuidar de mi madre. No dejarla en ese pozo de la depresión.

Pero me he dado cuenta, que en esa lucha, ser catequista y ser responsable de los salmista de mis comunidades, también era importante. “Por que quien pierde la vida por mi la encontrará”. Y eso es lo que he recibido de nuestro Padre del Cielo. Dios. 

Hoy puedo dar las gracias a mi Padre del cielo por la vida que me ha dado y devuelto, por el don de la familia, por conocer a la iglesia y conocerlo a él, por estar sin empleo, por ser catequista y responsable de cantos. Pues todo ello me hace ser el hombre que soy ahora.

Y este hombre que soy ahora, puede bendecir a Dios. Puede dar su testimonio aquellos que lo necesitan y puedo cantar a mi Dios. A mi Padre del cielo y puedo bendecir a los coros de los Ángeles, a los Santos y a todos aquellos que nos han precedido y están en el cielo.

La esperanza ha vuelto. La vida también. Con más fuerza. Con más determinación. Sabiendo que solo Dios devuelve la vida a los muertos y solo él es puro amor. Quien me enseña cada día a amar.

Te invito a escuchar esta canción y a meditar cuantas veces tu esperanza se va y cuántas veces nuestro Padre del cielo se hace fuerte en nuestra debilidad y nos cura. Y luego, eleva una alabanza a nuestro Dios. En silencio. Desde lo profundo de tu corazón y deja que él te guíe.

La paz de Cristo quede con vosotros.

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