Salmo 23

Vídeo de la semana con Un corazón y Marco Barrientos en Salmo 23. #BarcelonaCatolica

Hola a todos y tristes días ante la invasión de Rusia en Ucrania.

Se que en el mundo hay muchas guerras y que todas ellas son motivo de tristeza, ante la violencia y el olvido del amor. Ese amor que Dios nos regala, desde que nacemos o mejor incluso, desde que el primer ser humano existio en la tierra. Pues ella misma es un jardin.

El Papa Francisco nos a llamado a una jornada de Oración y ayuno este proximo miercoles de cuaresma. Un tiempo de reflexión ante la misma cruz de Cristo, que durante este tiempo se nos debe hacer presente.

Una cruz, que simboliza el amor eterno que nuestro Padre del Cielo tiene por sus creatruras. Un amor que traspasa toda capacidad de reaciocinio de nuestra mente. Y por todo ello, siempre vivimos en guerra con los demas.

Nos olvidamos de cuantas veces el Señor nos acoge, cuando caemos. Nos olvidamos de como nos consuela y cura nuestras heridas con sus llagas y golpes recibidos. Deberíamos escandalizarnos de la trotura a que sometemos a Jesús, cada vez que pecamos y cometemos la acción de la justicia de nuestro corazón. Por que así como los romanos, no reconocieron al Hijo de Dios, ni tan siquiera los judios, así tampoco nosotros reconocemos al Hijo de Dios en nuestras vidas. Y nos es imposible respetar al otro.

Esta es la base de toda guerra, de toda discordia, de toda imposición. Vivimos alejados del Padre del cielo, por que de esta manera nadie puede reprender nuestros actos. Solo las victimas de los mismos. Aunque nos creamos nuestras propias mentiras, para justificarlos.

Os invito a recordar este amor. La angustia y el horror que debe pasar el pueblo de Ucrania en estos momentos. Y la enorme soberbia del jefe de estado de Rusia, el llamado Putin, que se creé con derecho de imponerse sobre la voluntad de millones de Ucranianos.

Por todo ello os invito a tener unos momentos de intimidad con el Señor y pedirle que sostenga al pueblo de Ucrania, ante la perdida de sus libertades personales y de sus seres queridos.

Recordad que todo cristiano debe trabajar a favor de la paz, no de la guerra. Nadie que cree en Dios puede amar la guerra. Pues va encontra de la misma cruz de Cristo y niega su amor, su pasión. Y se niega a si mismos como cristiano.

¡La paz de Cristo!