El secreto de una vida a la luz del mundo.

Milagro de amor, es el vídeo de la semana. Recordando a mi hermana Eulalia, fallecida la semana pasada.

Hoy hace una semana, que de madrugada, pasadas las 12:00 de la noche, falleció mi hermana Eulalia. Una mujer con Sindrome de Down.

En el día de su entierro no pude decir ninguna palabra, pues las lágrimas me embargaban el corazón. Pero hoy quiero decir aquello que no pude en su día.

La vida de mi hermana Eulalia, ha estado siempre bajo el manto protector de Dios Padres y su amor. Ella nació por que mis padres, ya con una edad avanzada quisieron tenerla, a pesar de los riesgos. Y se arriesgaron hacerlo, debido a su experiencia de vida de Dios en su matrimonio.Y nació una niña con sindrome de Down.

Ya desde su nacimiento fue signo del amor de Dios hacia nuestra familia. Hoy la sociedad no desea esta clase de personas, intentan evitar el sufrimiento que conlleva tener en la familia, estas personas u otras con algún tipo de discapacidad.

No es fácil, tener un hijo o un hermano con discapacidad, por que siempre debemos luchar contra esta sociedad, que los discrimina, en todos los sentidos. A parte de tener que luchar dentro de casa, para cubrir sus necesidades. De todo tipo.

Dentro de la Iglesia, Dios Padre nos da la capacidad de amarlos y quererlos, como si fuera una persona normal. Pero incluso más, que un hermano normal, pues vemos su indefension ante este mundo, que devora siempre al débil.

Pasamos muchas horas de desvelos y sufrimientos, pero Dios Padre siempre ha estado con nosotros. A través de la oración o en esos momentos, que no los cambiarías por nada, en que el amor de Dios se hace presente a través de ellos.

MI hermana siempre a vivido dentro de la Iglesia y puede que a muchos les sorprenda lo que voy a decir, pero ella sabía que Dios la amaba tal como era. Se sabía los cantos de la Iglesia. Le encantaba ver la misa por la tele, ahora en tiempo de pandemia.

Tuvimos la suerte de poderla llevar a un centro de Iglesia, donde tenía actividades acordes a lo que vivimos en casa y después entro en la residencia de la misma orden de hermanas. El Señor siempre nos precedió y marco nuestro camino y el de mis padres.

Como hermano, siempre me impulsaba la oración hacía el Padre del Cielo, en la cual le rogaba «como amar y tratar a mi hermana» y Él, en silencio y como brisa suave, siempre me mostraba el camino.

El secreto de la vida de mi hermana Eulalia, fue el amor de Dios, a lo largo de su vida y la nuestra. Murió como nos dijeron, su corazón ya no pudo más y dejo de funcionar.

Hoy en día la sociedad mata a estas personas, pero el milagro de amor, que será el vídeo de esta semana, se realiza en estas personas. Lo mucho que nos dan, pues dejamos de vivir para nosotros y debemos enfocar nuestras vidas a través de ellos. Y son muchos más de los que creemos. Y no podemos vivir este regalo, pues la sociedad no lo entiende y seguro que no se puede entender una vida como esta, si uno no está ligado al Señor.

Y a través de estas personas, Dios se hace pequeño y encontradizo con todos nosotros. Como siempre hace, en lo pequeño y débil.

Desde el día de su muerte me rondan dos canciones por mi mente. «Milagro de amor» en el cual vemos que Dios se hace pequeño para estar cerca de nosotros, a través de mi hermana y de personas como ella. Y «El Padre del cielo» el canto dice «El Padre del cielo me ha dado la vida» y es una realidad en el caso de mi hermana Eulalia. Si mis padres no hubieran estado en la Iglesia, ella nunca abría nacido.

El milagro de la vida, se descubre ante mis ojos, al contemplar esta historia, a la vista de todos, pero escondida a todos. Solo desvelada para algunos.

Se que mi hermana está en el cielo, con mi padre, descansando de todos los sufrimientos de esta vida y con la alegría de estar juntos, ante la presencia del Padre del Cielo.